El expresidente Rafael Correa denunció las polémicas medidas del Gobierno de Lasso, como la autorización de porte de armas, para combatir la violencia en Ecuador.
Ecuador vive sumido en violencia y parece que los crímenes de las cárceles se han trasladado a las calles. El país registró en los últimos días crímenes, desde asaltos y sicariatos, hasta el abandono de cabezas humanas en un parque o el abandono de un ciudadano con un artefacto explosivo adherido a su cuerpo en una calle.
Para combatir la inseguridad, el Gobierno de Guillermo Lasso anunció tres medidas, entre ellas la autorización de tenencia de armas para defensa personal y el estado de excepción en la zona 8, que comprende las ciudades de Guayaquil, Durán, Zamborondón y las provincias de Santa Elena y Los Ríos. Sin embargo, las medidas han sido ampliamente criticadas por los opositores, como el expresidente Rafael Correa.
En concreto, en lo que va de año y hasta mediados de marzo, las muertes violentas en la zona 8 suman 434, más de la tercera parte de los 1151 asesinatos reportados en todo el país. La inseguridad se ha convertido en el principal quebradero de cabeza para los ecuatorianos. Y la lucha contra la violencia en la primera exigencia al Ejecutivo, al que acusan de no actuar con mano dura mientras se multiplican los crímenes, sobre todo en Guayaquil, y en Esmeraldas.
Todo esto se da en medio de la crisis política que enfrenta Lasso, cuya suerte será debatida en el Parlamento en un juicio político de censura por presunta corrupción.